Entre los distintos fiordos que forman la costa Noruega, el Hardanger es, sin duda, el más interesante. De unos 160 kilómetros de longitud en dirección nordeste y en sentido oblicuo con respecto a la costa, con un trayecto muy complicado, comprende numerosos brazos secundarios, de los que nueve por lo menos son de tan grandes dimensiones que merecen que se les haya dado un nombre particular. Son los siguientes: BØmlafjord, Klosterfjord, Husnesfjord, Kvinneradfjord, Sildefjord.
En su parte más externa, donde entra en contacto con las aguas del mar del Norte, se extiende una cadena de islas, medianas y pequeñas, que constituyen la región de Hordaland. Estas islas aparecen desnudas, rocosas, limadas por la acción de las aguas.
A medida que se va hacia el este, adentrándose en el fiordo propiamente dicho, el panorama del Hardanger cambia, adquiriendo aquellas carácteristicas de brillante luminosidad, de serenidad, de naturaleza pacífica y casi sin contaminar, que caracterizan un poco a todos los fiordos en general.
Cada ensenada de la costa o desembocadura de valle tiene su población o su grupo de casas.
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